Cultura Filipinas
Gastronomía de Filipinas
‘Kain na tayo’ (“Comamos”) es la invitación a un ágape, y quien viaje por el país no dejará de oírla una y otra vez. La frase revela dos rasgos esenciales de los filipinos: que son hospitalarios y que les encanta comer. Las tradiciones gastronómicas locales son una mezcla de influencias indígenas, españolas, estadounidenses y asiáticas. Híbridas y cambiantes, reflejan la singular historia del país y su variada geografía.
Experiencias culinarias
suele tacharse de demasiado pesada, demasiado salada y, sobre todo, demasiado dulce. Se echa azúcar en abundancia a todo, sean las hamburguesas del Jollibee o la versión local de la comida tailandesa
- Una comida, siempre que no sea una celebración, es algo bastante informal en Filipinas, aunque puede adoptar la pose de una cena formal a la occidental en casa de la gente más pudiente.
- El arroz cocido es la base de toda comida.
- Todos los platos suelen servirse al estilo familiar en grandes fuentes en medio de la mesa.
- Es muy normal que ofrezcan como condimento zumo de calamansi mezclado con salsa de soja.
- Los filipinos suelen comer con tenedor y cuchara (esta sirve de cuchillo), y con servilletas muy finas y pequeñas; a muchos extranjeros les cuesta acostumbrarse a ambas cosas
Estilos de vida en Filipinas
Los filipinos tienen una alegría de vivir sin parangón. El vehículo nacional, el ‘yipni’, es una buena metáfora del país. Está lleno de color, cargado de iconos religiosos y decorado con mensajes optimistas; el ‘yipni’ parece presumir de ser un trozo de chatarra rodante. Los ciudadanos filipinos afrontan los reveses del destino riendo y guiñando el ojo. Pase lo que pase… que así sea.
La familia y la religión son los dos pilares de la sociedad filipina. La familia cercana se extiende a primos lejanos, múltiples padrinos y la barkada (grupo de amigos). A todos los miembros de la familia y a los amigos cercanos se les dedica la mayor lealtad, y el respeto por los mayores es esencial.
Las familias filipinas tienden a ser extensas, especialmente las pobres. Es frecuente que una familia de 12 miembros viva en un apartamento diminuto, en una chabola o en una cabaña de nipa, los filipinos no le dan tanta importancia al espacio personal como los occidentales
Fe y superstición
Pero, para disgusto de la Iglesia católica, los filipinos son también muy supersticiosos, esto es, tienen otras creencias no incluidas en el canon vaticano. En las zonas urbanas, los curanderos, los videntes, los adivinos, los chamanes tribales, los libros de autoayuda y los cruzados evangelistas pueden ayudar a combatir el infortunio. En las áreas rurales, las cuevas y los bosques están habitados por espíritus, fantasmas y aswangs que se comen a los niños nonatos.
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